En las arterias de asfalto y metal,
Se desliza el transporte, ágil y celestial.
Un ballet de ruedas, que en movimiento se funde,
El transporte, una sinfonía que en las calles se inunde.
El rugir de los motores, melodía que acompaña,
Mientras el viento acaricia, como suave caricia en ventana.
El transporte, en sus diversas formas y tamaños,
Es la puerta al mundo, en sus surcos y caminos.
Autobuses que se desplazan, llevando sueños y esperanzas,
Conectando destinos, tejiendo historias y alianzas.
El metro, un latido subterráneo que une a millones,
Transportando vidas, en sus vagones como pilares colosiones.
Camiones de carga, gigantes de acero y potencia,
Llevando mercancías, en su ardua y vital travesía.
El transporte es el alma de la logística, en su danza constante,
Empujando la economía, en un vaivén elegante.
Trenes que surcan paisajes, con velocidad majestuosa,
Brindando panorámicas de belleza grandiosa.
El transporte, un paseo por colinas y valles,
Un encuentro con la naturaleza, donde el tiempo no tiene calles.
Aviones que surcan el cielo, como pájaros audaces,
Llevando sueños y deseos a lugares distantes.
El transporte, un ala que nos eleva hacia lo desconocido,
Un viaje de emociones, en cada despegue y aterrizaje compartido.
El transporte, una red que nos conecta y une,
Superando barreras, derribando fronteras con fortuna.
Es el motor de la movilidad, la columna vertebral,
Del progreso y del intercambio, en cada acelerón o pedaladar.
En cada latido de sus motores, late la vitalidad,
El transporte, un testimonio de nuestra capacidad.
Capacidad de explorar, de conocer y de crecer,
El transporte, un lienzo de oportunidades por recorrer.
En sus ruedas y alas, el transporte nos invita a soñar,
Nos lleva más allá, a lugares donde podemos volar.
Es la poesía en movimiento, en formas de coche, tren o avión,
El transporte, un viaje que nos mantiene en constante evolución.
ATT: Wendy Santiago
